El
caníbal es un personaje simbólico construido para encubrir la violenta
irrupción colonizadora en América, este símbolo representó para el
ideario europeo del siglo XVI un indicio del amplio “salvajismo” en que
vivían los nativos del nuevo continente. Esta condición humana se asoció a una
agresividad que amenazaba constantemente al hombre europeo, por lo que
la agresión a los pueblos originarios se encubrió con un discurso de
autoprotección y “ayuda civilizadora”.
Durante
el periodo de conquista americano, uno de los mayores miedos en el
imaginario europeo, era el de ser desmembrado, destazado y comido,
sin embargo, en la actualidad, ya no es sólo así. Ahora, el canibalismo
se presenta en una serie de imágenes y alegorías que resultan
atractivas, eróticamente atrayentes, religiosamente válidas,
comercialmente exitosas y se muestran como una lógica constante para la
dominación.
El
canibalismo erótico es una rama de la antropofagia que pudo haberse
desprendido de la homofagia ritual y guerrera, pues en el norte de África,
tribus que tenían esta costumbre reservaban las nalgas del “platillo” a
los sacerdotes, mientras que el líder de la tribu podía elegir entre las mujeres a
las que deseaba comerse. Puede encontrarse aquí un primer atisbo del deseo de ingerir a una persona, en especial,
las zonas erógenas del hombre y la mujer.
En
la publicidad, se ha recurrido al canibalismo como una herramienta
discursiva mediante la cual, el objeto sexual se asocia a la comida y
las imágenes invitan, por un lado, a comer el alimento que se presenta, y
por otro, a degustar a la modelo. La mujer se asocia al chocolate y los
postres, a las frutas redondas, “jamones”, “papayones”, “el tamalote” y
las carnes. En el caso del hombre, es asociado al chile, la salchicha,
el huevo, el chorizo, el “camote con lechera”,
“plátanos en su jugo”, “churros rellenos”, entre otros. Así, el
canibalismo tiene una injerencia en el albur, pues este juego de
alegorías se extiende de la penetración a la ingesta de “alimentos”.
En
cuanto al canibalismo ritual o religioso, es interesante que la cultura
occidental y su cristianismo que condenó la homofagia religiosa en
América, haya creado una homofagia simbólica representada durante la
eucaristía.
Finalmente,
una última forma de canibalismo es el consumismo globalizador del
capitalismo. En éste, diversas formas de ingestión son legítimas, como
el de una cultura devorando a otra, un emporio comercial absorbiendo
pequeños negocios familiares, léase Oxxo consume la tiendita de la
esquina, Farmacias del Ahorro se traga a la farmacia de barrio, El Globo
deglute a la panadería de la colonia y Wal Mart, el gran devorador,
sustituye a la miscelánea, la carnicería, la pollería, la tortillería,
la panadería, la farmacia y todo lo que se le ponga enfrente. Así, el
caníbal por excelencia, ideológico y cultural, que indirectamente se
alimenta de la humanidad del que es distinto a él, parece ser la
ideología occidental, que ha devorado desde siempre, argumentando que es él quien se encuentra en peligro
de ser devorado.
- Desmitificar la figura del caníbal a través de la sátira.
- Descubrir qué otras formas de canibalismo hay en la actualidad.
- Realizar una aproximación a la concepción de canibalismo, en la sociedad actual.
- Desentrañar el sentimiento producido por la atracción y miedo frente al canibalismo.
- Asumir una postura en cuanto a la "condición natural" de caníbal en el ser humano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario